70 Die

Se subió al autobus con la melena rubia de siempre, ahora la tiene un tanto percudida por las canas. Sus pantalones ajustados de basta ancha, mas que pasados moda.

Lo que tenía intacto era la voz de locutor de radio y con esa voz se puso a promover la lista de éxitos de los 70.

"La mejor selección musical de la década dorada".



Un reproductor de videos daba cuenta de la "exclusiva" selección, no eran más que viejos videos que de todas formas se consiguen en youtube, si es que acaso quisieras conseguirlos.

Para mi era lo de menos escuchar música de la época del colegio, soy más bien de los ochenta, cuando al fin pude despuntar con mis historias de terror y vendí mi primera novela: Cementerio Indígena. El éxito fue instantáneo para todos pero lo cierto es que me pasé mis buenos doce años escribiendo cuentecillos de terror desde que mi madre me enseñó a escribir a los cinco.

Éxito instantáneo, el sí que solía ser un éxito instantáneo para las chicas, siempre le seguían a todas partes porque bailaba como Travolta.

Ahora vende discos que el mismo piratea, imagino que tendrá que pedir ayuda para usar los aparatos tecnológicos.

Lo triste es que ella también fuera arrastrada por las luces de colores.

Mientras él se explaya es explicaciones sobre los temas e intérpretes ella hace el verdadero trabajo de vender los discos uno por uno, asiento por asiento, pasajero por pasajero.

Aún no pierde la belleza aunque sus labios vanidosos parecen haber cedido a una callada dignidad.

Imagino que fue él quien le arrebató la alegría.

Bajo mis lentes de sol pareció reconocerme o quizá sólo lo imaginé, una mirada angustiosa y suplicante y la penosa confesión que siempre esperé.

"Perdón, no debí elegirle a el".

Pero solo un "gracias" acompañó a la mísera transacción cuando tomó mi dolar y me entregó el cd.