El Blog de Juan Cuevas: La llorona

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2 de mayo de 2013

La llorona

Margarita siempre tuvo muy mala suerte, es como si hubiese nacido con un mal karma, siendo muy pequeña su padre murió de manera absurda, se atragantó con una espina de pescado. 



Como su madre no tuvo medios para mantenerle la puso al cuidado de las monjas Carmelitas, que por entonces mantenían una fundación que acogía a las hijas de las prostitutas del puerto, allí pasó sus primeros años hasta convertise en una muchacha dulce y de gentiles maneras.
Como su madre no volviera por ella y al no demostrar mayor interés en tomar los hábitos como muchas de sus compañeras, fue ofrecida al cumplir los diesciseis al notario del pueblo, Don Nicolalde Gómez de la Serna quien contaba mas de setenta años y vivía semirecluido en su hacienda a las afueras del pueblo. No tardó Don Nicolalde en mostrar interés por la nueva sirvienta y menos aún en llevarla hasta su lecho donde la desfloró con no pocos esfuerzos. Pero Don Nicolalde Gomez de la Serna como cristiano sin mancha y ciudadano ejemplar no robó la virtud de la muchacha sin digna reparación. La tomó por esposa al quinto mes de embarazo, algunos dicen que por mero capricho senil, las mas venenosas comentan que pudo más el hechizo de la piel fresca sobre el cuero viejo. Lo cierto es que don Nicolalde no dormía bien desde el primer encuentro, los días de rendir cuentas ante la ley de Dios que según dicen es incorruptible estaban cerca y cualquier día de estos lo encontraba la parca con pecados no resueltos.

Como es natural no hubo razón de sospechar de la joven viuda, cuando adquirió tal dignidad, mas bien fue acompañada en sus gritos de dolor al dar a luz al niño sin padre y todos en el pueblo comentaron sin asomo de duda sobre la triste suerte de Margarita cuando a los pocos meses de nacido el pequeño Serafin era devuelto a las alturas por una extraña enfermedad.

Nadie pudo sospechar la otra vida, hace seiscientos años ha. Cuando la muerte exigió de Morgana la entrega del cuerpo material, en su último esfuerzo la hábil bruja logró un nuevo trato: “Podrás volver y jamás vas a morir pero a cambio tendrás que pagar con la sangre de los hombres a los que ames. Dormirás por seis centurias y volverás bajo un nuevo cuerpo, y para que cumplas la promesa mantendrás todos tus recuerdos”.

Es así como cada noche M llora el pago de su cruel decisión, al saber que no podrá retener el amor de ninguno que le ame bien.

La cultura popular le dice “la llorona” porque le han visto vagar por las noches como un espectro, lo que nadie sabe es que no es un fantasma, es la mujer de carne y hueso que, incapaz de morir y de amar ha preferido inspirar temor en los hombres como prueba de humildad.