Vine del padre y me hice carne
dispuesto a enseñar la verdad.
Pero El me abandonó en la noche más oscura
y lloré lágrimas de sangre
el nuevo día me vio nacer en el frío sepulcro y de noche salí.
Me sentí tan traicionado.
Por eso decidí cambiar
y comulgué con el maligno,
ofrecí mi sangre a mis discípulos
para darles mi poder.
Fue así como inicié la casta
de los que beben sangre de los hombres.
Jamás volví a los cielos
escondí mi verdad en mi propia institución
viviendo en la penumbra de los templos
refugiado tras la cruz
ataviando con oscuros hábitos
a mis seguidores.
Buscando sangre joven
para los bajos instintos
nutriéndome del flujo
de la sociedad, el dinero.
Quien beba de mi sangre
tendrá vida eterna
Pero no temas
no busco destruir a la humanidad
porque de ella me alimento.
