El Blog de Juan Cuevas: Pría

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12 de abril de 2013

Pría


Mas divina que Ghanesa

Llegó Pria al local de Giuseppe, experto en reparar electrodomésticos de toda clase.



Una morena de belleza única, ojos almendrados que a Giuseppe le provocaban el llanto, un deseo irrefrenable de lanzarse a sus pies y lavar con sus lágrimas las finas sandalias de cuero que ella calza.



Así de hermosa es Pria.



y no es que Giuseppe fuera un ingenuo, contaba con mas de cuarenta, dos esposas y cuatro o quizá cinco hijos, todo dependía del próximo examen. Pero esa piel dorada distaba mucho de ser real, el imaginó que así debían ser las princesas árabes. Unas máquinas de perfección. Adornadas con joyas de incalculable valor, apenas cubiertas con vestidos de seda que parecen flotar en el aire, desafiando la ley de gravedad.



Su visita duró un instante de eternidad para Giuseppe, no lo había soñado como pensaban sus amigos.



Ella solo entró por audífonos nuevos para su Ipod, Giuseppe temblaba al tocar el dispositivo musical, hasta el Ipod derrochaba elegancia igual que en los comerciales de televisión pensó. Sacó los mejores audífonos que tenía y maldijo no tener unos Bosse con contactos de oro, se los hubiera regalado con gusto, con absoluta devoción y hasta con una especie de alegría.



Pero no los tenía.



Ella fue buena y se probó los audífonos de mediana calidad que le ofreció, el sonido no le satisfizo del todo, lógico, como iba a ser, su humilde local no estaba a la altura de aquella odalisca de los dioses. Pero aún tuvo ánimos de ofrecerle unos buenos, para la próxima semana. Ella hizo un gesto que el hasta el día de hoy pretende que fue de cierta afirmación.



Desde entonces el local de reparación de electrodomésticos huele a delicado incienso eso ni los amigos escépticos lo pueden dudar.



Giuseppe lo perdió todo, insistió en dotar a su establecimiento de los mejores componentes de electrónica, obtuvo préstamos que no podía pagar y una noche cualquiera se metieron a robar, aún así no dejó el negocio hasta que lo fueron a embargar y a meter a la cárcel, consciente como estaba de que ella volvería.