El Blog de Juan Cuevas: Lección de geometría

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5 de marzo de 2014

Lección de geometría

1.
Para el sargento Buendía nada era más pesado que ayudar al nieto con la matemática, el chico llegó a su pensión hace un año cuando los padres murieron, desde entonces se lo cuida doña Marta y lo envía a la escuela. Como recio policía no sabe de cariños, pero le ayuda en lo que puede, siempre que no se le complique la pregunta como en esta mañana.



¿Cuál es la diferencia entre figuras iguales y semejantes?.

Para un sargento de aquellos días igual y semejante son la misma cosa. Un cuadrado es un cuadrado y termínese la leche.

2.
Los vapores que provocan el primer pito de marihuana en la mañana dejaron de surtir su efecto y ahora daban paso a la sensación de amabilidad con el universo, Nando sentía que su cuerpo flotaba en el camino de arenisca, su rostro sonriente y sus ojos chinos le hicieron presa fácil del primer empujón y es que Nando ni siquiera escuchó el taxi frenar tras el.

Cayó al suelo y su mejilla derrapó contra las piedras diminutas, el mareo volvió pero apenas tuvo dos segundos de conciencia cuando los golpes y patadas lo mantuvieron en el suelo, cada vez con más magulladuras, cada vez más machucado.

Las groserías que acompañaban al dueño del taxi no le permitieron entender, ¿cuál era la causa del castigo?, solo la presencia de la autoridad detuvo la embestida.

-Me acaba de robar el radio del taxi- Dio por excusa el atacante, la calleja se empezaba a llenar de curiosos.

-Yo no he robao na, ancina me la encontré botaá en el canchón- El niño mezclaba el español con ancestral acento del mismo modo que su piel mezclaba la sangre y la arena.

-Mire oficial, mire el agujero que me dejó aquí donde debía estar la radio.

La chusma empezaba a reclamar por el maltrato, defendiendo al indefenso, por niño más que por inocente. Pero las pruebas eran concluyentes, el chico aún sostenía el objeto sustraído.

El caso no podía ser más claro y sin embargo. Algo en el semblante de ese desechable le recordó a su nieto.

“Semejantes pero no iguales”.

El viejo policía metió media humanidad por la ventanilla del taxi,  tanteando el espacio donde hubo una radio, luego tomó la prueba del delito y la inspeccionó. Miró derecho al taxista y le dio un macanazo en toda la cara.

-Para que no seas abusón.

Ya en la patrulla el ayudante no entendía y recibió su explicación:
-La radio era muy grande para el agujero.

Y que no se diga que no sirve para nada, la geometría.